viernes, 1 de octubre de 2021

hoy

Hoy primero de octubre a un paso de cumplir 60 años...¿Y cuánto falta para los sesenta años?
Me muero por Rubilí, me muero por Pupé, me muero y decir me muero es decir no me resigno. Y tiene que ser así, se tiene que acabar porque no hay otra posibilidad.

Salí a correr en la tarde, a las seis. Me siento gordo y pesado, luego, me siento cansado pero igual salgo a correr con un trote sostenido. Los pies me dolían, la piel me picaba por el sudor. Al llegar arriba, descanso tirado en la pasto debajo de los árboles del parque, observando a la gente y al sol del ocaso primaveral. Hago estiramientos de piernas, un poco de abdominales, algunas flexiones de brazos, muy pocas porque o sino se me inflaman las articulaciones. La cordillera está bonita, los niñitos juegan y es como si todo ese tiempo conversara de esas nimiedades con Pupé quien se ha convertido en una persona imaginaria que no quiere irse o, más bien, yo no quiero que se vaya.
Mientras estoy en la barra con los brazos en tensión, hay un caballero anotando algo con mucha dedicación en una libreta muy parecida a ésta. Es un anciano delgado como de mi estatura. Se ve frágil o yo lo veo frágil. Podría ser yo sentado en el banco de una plaza cuando tuviera sesenta años de edad, un yo del futuro.
Cuando el viejo se percató de mi presencia cercana se alejó un poco más como si yo le molestara. Era un huraño. Fue ahí cuando se me ocurrió que ese señor era mi yo del futuro, amargado y solo, escribiendo huevás en una agenda vieja y grasienta, un pordiosero anónimo que a nadie interesa, un viejo loco cualquiera.

viernes, 3 de septiembre de 2021

sábado, 14 de agosto de 2021

domingo, 11 de julio de 2021

Acaba

Acaba de terminar de ver la serie "el bosque sangriento" o "el bosque del amor" y le queda una profunda e irremediable melancolía que lo acompaña a la cama de esta noche seca de un invierno seco.

jueves, 18 de marzo de 2021

respuesta.

Esa es una foto del club domingo savio, organización religiosa a la cual pertenecí en la básica, en un intento por acercarme a la fe (que, por cierto, nunca ví ni sentí). Tal vez estábamos en sexto o séptimo, saca las cuentas.
 ¡puta que teníamos cara de cabros chicos! y uno no se daba cuenta de ello en aquel momento y ahora,  ¡estamos tan viejos por la chucha! Viejos, cansados y enfermos...y derrotados.
Raro que yo no aparezca, seguramente ese día no fui, no me acuerdo, cómo podría acordarme.  Esos dos adultos eran unos seminaristas, el Miguel y el Andrés. Andrés se hizo cura años después y el otro loco al final terminó como taxista, casado y con un montón de cabros chicos que alimentar.

Me inscribí en esa hueá de club porque teníamos reuniones y actividades en la tarde los viernes, y en la tarde iban las niñas a clases y a mí me gustaba una niñita que iba en el mismo curso paralelo y además era vecina mía en la calle donde vivía allá en Macul, ¿Te acuerdas?.

 Se llamaba Carolina. Una rubia con cara de europea, estilo alemán del siglo 18, de hecho creo que su familia era de Puerto varas. Imagínate algo así como Meryl Streep cuando jovencita pero con una cabellera larga, muy abundante, con volumen y crespa, piel blanca, mejillas sonrosadas, labios ricos. Esa combinación, una verdadera princesa de cuentos la huevona. Seguramente nunca se enteró de mi insignificante existencia porque era un asunto platónico y ella estaba clasificada como una mina "utópica" o "la imposible" viviendo en el mundo de las ideas, era  como estar enamorado de un ángel o de una sirena o de una muñequita de porcelana. Me conformaba con mirarla a la distancia un par de minutos a la semana y luego pasar los días pensando en ella y en la posibilidad de contemplarla.
Que bueno que estés bien, amigo, que todo haya salido espléndido. Gracias por la foto y por escribir. Un abrazo, compañero y saludos si te topas con los huevones.

domingo, 14 de febrero de 2021

Últimos atardeceres.

Últimas imágenes del mundo, sus últimos atardeceres, los últimos días de verano, las últimas navidades, los últimos recuerdos, Los últimos a...